No quiero ser rica, ni quiero que todo el mundo me entienda y me quiera. No quiero el mejor trabajod el mundo, ni una casa enorme donde perderme...Yo solo pido a la vida libertad interior. Un cielo sobre mí y un camino a mis pies.
Ayer echamos una mañana fabulosa entre árboles, sonido de pájaros, un camino de piedrecitas y tierra, y unas vistas maravillosas en EL PANTANO DE LA VIÑUELA...
Todos nacemos libres, y sin excusas. La libertad que te permite esta vida no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen, los pequeños placeres...
Respirar aire puro de la naturaleza, contemplar un cielo inmenso y una profundidad limpia y clara te permite desconectar de la rutina y el estrés diario...
Mi bichito disfrutó muchisimo y yo aún más viendole disfrutar.
Os invito a saborear un día así.
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