Mi hijo está lcoamente fascinado por los dinosaurios, sem onta historias todos los días desde que vió una pelicula de disney de estos seres del pasado...
Le encanta imitarlos y recrearse en su fantasía!
Tiene varios dinosaurios de juguete de plástico, y no puede salir de casa sin ellos.
Mi hijo empezó con la afición de los coches, luego de las pelotas, después llegaron los tigres, y ahora los dinosaurios!
Con devoción casi religiosa, obedece a las exigencias de este repitil animal prehistórico...el se divierte, imitándolos, saltando y gritando como ellos...(o eso pensamos que hacian después de ver documentales, dibujos y peliculas que nso llevan a su descubrimiento)...papá y mamá intentan que se le quite la mania de gritar y pasarse el dia luchando con ellos, está hecho un brutito salvaje asustando a todos los niños y niñas del parque, corriendo tras ellos, y él solo, imagianndo que está en una selva..(que a veces creo que no va muy desencaminaado la verdad)...desde muy pequeño ya imaginaba historias con sus coches, que saltaban por el sofa y con sus animales de granja, pelotas...ahora el desafío es extremo con estos animalejos.
Los adultos, no queremso que griten , queremos que a su edad ya se realcionen correctamente con otros niñso y obedezcan en todo, está claro que es complicado, y no todos los peques son iguales...él en su burbuja imaginaria es feliz, reconstruyendo sus historias cargadas de retos y dureza que por supuesto siemrpe vencen sus dinosaurios favoritos...nosotros mientras, los adultos, sin reducirles a su escala, nos abocamos a nuestras problemáticas, que son vitales para nosotros, y no entendemos que cuando ellso juegan no les podemos forzar a que jueguen a loa que nosotros queramos, ellos juegan a lo que les gusta...solo les podemos guiar. A veces me enojo con él sin entender que es un niño y solo quiere divertirse, debod e tener más paciencia y saber guiarle sin herir su autoestima...Nosotros tambiñen nos aferramos a lo que queremos, objetos que también forman parte de nuestar satisfacción de necesidades, y que sé yo, de nuestras obsesioens e inseguridades. Pero pensamos que es consentido, mimado y malcriado sino presta sus juguetes más preciados, a un niño que ni siquiera conoce.
Los niñso son niños.Necesitan de nuestra guía, ejemplo, y lecciones...pero tambiñen paciencia y comprensión.Lo que no necesitan son nuestras faltas de respeto, nuestro desdén
para con sus empresas, ni nuestra condescendencia. Los adultos no somos
tan distintos a los niños. Sencillamente hemos cambiado de objetivos,
hemos cambiado nuestras formas de obsesionarnos por ellos, y
satisfacemos a otros dinosaurios.
¿Qué pesais?
Feliz tarde.
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